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Anatomía argenta
Convengamos, entonces, que el psoas es el músculo del alma. Su sola presencia es garantía del andar de pie, erguidos/as, con la frente en su exacta posición, con un gaste parejo de los tamangos; y también, garante de la ausencia del dolor causado por un desajuste entre las partes. Un/a guerrero/a fuerte construye su estructura corporal a base de entrenar, en su justa medida, su músculo del alma. A riesgo de sonar brutal y obvio, el recurso a la analogía me asiste ahora para pensar que tal vez podamos empardar cuerpo físico y cuerpo social. En ese ajuste de similitudes, es posible pensar que, en el cuerpo social, la memoria hace las veces del psoas. Y como todo músculo, la memoria reclama su elongación.