Categoría: Editorial

  • Ordalía terrenal

    Ordalía terrenal

    En agosto de 1856, en Albany, Nueva York, se dieron cita científicos de todo Estados Unidos para asistir a la Décima Reunión Anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia. Un pequeño texto hizo la diferencia en un meeting que prometía plomazo: «Circumstances affecting the Heat of the Sun’s Rays», firmado por Eunice Foote.

  • Encarnizada reina

    Encarnizada reina

    Siempre tengo presentes las adjetivaciones borgeanas contenidas en el exquisito “Ajedrez”. Porque sí, porque tienen de todo menos de antojadizas. La reina no puede ser más que encarnizada; el peón, nunca menos que ladino. Sin embargo, también es cierto que hay que encontrarle la vuelta a lo de encarnizada y a lo de ladino. Porque, sin mediar mayores disquisiciones, podrían comprenderse ambos adjetivos de maneras poco felices. Lo cual no hace más que dar fe de la forma en que las palabras adquieren ropajes dispares a medida que el habla las pone en uso en diferentes tiempos y contextos.

  • 7 segundos

    7 segundos

    Pero primero lo segundo, es decir, el tema del segundo. La Oficina Internacional de Pesos y Medidas (BIPM, por sus siglas en francés), ubicada en París, entiende que ha llegado la hora (cuac) de cambiar la definición del segundo y no solo porque hace 70 años que la cosa sigue sin cambios, si no porque nada es tan exacto como parece.

  • Tan Stoner que duele

    Tan Stoner que duele

    “Entendió que al fin empezaba a ser un maestro, es decir tan sólo un hombre que cree en la verdad de lo que hace, a quien se le concede una dignidad del arte que tiene poco que ver con su necedad, o su debilidad o su ineptitud como persona. Era un conocimiento del que no podía hablar, pero que una vez presente lo transformó a tal punto que su presencia se volvió inequívoca para todos” (Williams, 2020: 125-126).

  • Ciberleyes: se viene la singularidad, se viene

    Ciberleyes: se viene la singularidad, se viene

    Pero a lo que iba, aún cuando no se conviertan en seres (¿?) más inteligentes que nosotros/as, lo cierto es que el funcionamiento de las máquinas y el mundo que habitan, redes, ciberespacio, y un montón de etcéteras, nos resulta extraño. En algún sentido, ese territorio nos es ajeno siendo que se trata del territorio por el que desplazamos buena parte de nuestras vidas cotidianas. Es como una naturaleza añadida a nuestra piel que rige horas y días; que administra afanes, intereses, economías. En su funcionamiento está presupuesto el hecho de que no entendamos su funcionamiento. Porque, así las cosas, cuando menos sepamos de lo que ocurre en las entrañas de sus conexiones, más fácil resulta andar distraídos/as por ahí pensando que pensamos.

  • Retornar al silencio. Recuperar la voz

    Retornar al silencio. Recuperar la voz

    A quienes escriben, dicen, cada tanto les da algo así como un síndrome, un ataque de pánico ante lo inefable, algo que niega la misma condición de posibilidad de la escritura: la hoja en blanco. Lo más próximo a esa condición escriturante es, para mí, esta sensación de que todo está quieto, aún cuando las manos se muevan locuazmente sobre un teclado abarrotado de letritas blancas que, por estas horas, no se distinguen de cualquier otra mancha.

  • Instrucciones para reciclar

    Instrucciones para reciclar

    Las instrucciones para reciclar a las que remite el título de esta introducción son solo una provocación cortazariana. Está claro que solo seremos conscientes de que las cosas han cambiado en torno a la conciencia ambiental -por caso- el día que cualquier cálculo sobre la huella de carbono, que toda estrategia para reducir el consumo de agua o el aprovechamiento de la energía, hayan sido internalizados al punto que nos provoque risa prescribir obviedades a la manera de Julio Cortázar.

  • Nefelibata. Realidades, virtualidades y la suma de los sueños

    Nefelibata. Realidades, virtualidades y la suma de los sueños

    Esta introducción se produjo por pulsos o por partes: como una marioneta lingüística que debe su articulación al oficio torpe de una titiritera algo más torpe, si cabe. Todo comenzó con un encuentro. Y un poema olvidado. Y después quedó allí, arrumbado entre las sombras de otras maderas que bien podrían servir para fabricar otros […]

  • Solo como un hongo

    Solo como un hongo

    “When Hiroshima was destroyed by an atomic bomb in 1945, it is said,the first living thing to emerge from the blasted landscape was a matsutake mushroom (Tsing, 2015: 3)”. 1.Dichos populares La expresión es harto conocida. Estar solo/a como un hongo es la quintaesencia de la soledad. O eso dicen. Si ya la soledad tiene […]

  • ¡Traduttore, Traditore!

    ¡Traduttore, Traditore!

    El origen de esta intervención es, literalmente, una captura de pantalla. Una de esas tantas que saco y atesoro como si fuera Au o Ag o el actualísimo W. Porque, a decir verdad, mi memoria se parece mucho a la de Dory, la entrañable y olvidadiza amiga de Nemo (léase, el pez payaso de la peli infantil, no el capitán elucubrado por Verne). Porque, insisto, mi memoria a corto plazo es de cortísimo plazo; si algo resulta de interés, ¡ahí sale captura de pantalla para inmortalizar el momento que algún día rescataré de las fauces del olvido!